En 1881, en Tacoronte se menciona al médico interino Eduardo Mozo y Recio que renuncia al cargo, y tras la publicación de la convocatoria solicita ser médico titular y se le nombra por no haber más opositores; sueldo anual 1.490 pesetas. Este médico había sido alumno del Hospital de la Misericordia de Cádiz y discípulo de la clínica oftalmológica del doctor del Toro.
Consta en 1886 que existe un practicante o cirujano, José Barbuzano y Peraza, del Realejos Bajo, en calidad de interino. Cobra 540 pesetas anuales con obligación de visitar, asistir y curar gratuitamente a los pobres de solemnidad que sean vecinos. Luego aparece que un año después no hay médico ni farmacéutico ni consignación en presupuesto para estos oficios.
En 1888 se incendia el Hospital de los Desamparados que resulta destruido. También estaban en S/Cruz la Casa de Misericordia, la Casa de Huérfanos y la Cuna de Expósitos. El Ayuntamiento de Tacoronte contribuyó con 100 pesetas para reconstruir el centro hospitalario siniestrado.
Una norma de 1890: enjalbegar las paredes de las casas, según el artículo 72 de la ley orgánica. Plazo de 1 mes con multas de 5 a 15 pesetas. Se fijan edictos.
Año 1892. El doctor Febles Campos lanza la idea de dotar a la capital de un manicomio, un centro para locos. Un lugar deprimente.
Año 1893. Una epidemia de cólera morbo asiático se extiende por S/Cruz. El 29 de septiembre había aparecido con patente sucia el vapor italiano “Remo” procedente de América con destino a Génova. Quedó fondeado frente a los Llanos, aislado y vigilado, pero alguien se contagió. La alarma se prendió por todo Tenerife y las otras islas. S/Cruz quedó incomunicado pero esto sirvió de poco.
El cementerio de San Andrés tuvo su origen en esta epidemia con 1.800 personas afectadas, falleciendo 400. S/Cruz tenía 20.000 habitantes. El excelente comportamiento de la ciudad le valió el título de “Muy Benéfica”. La labor durante 3 meses fue ejemplar y extraordinaria.
El pueblo más afectado fue San Andrés, además del barrio Toscal, Los Llanos y El Cabo. El contagio también llegó a Tacoronte, y el gobierno civil envió medicinas y desinfectantes para los pobres que fueron atacados del terrible mal. Por suerte no se incrementó la epidemia. Era profesor médico Rafael Clavijo Estupiñán, solo él. No había farmacia ni veterinario.
Año 1894. Se construye un matadero público, 747,81 pesetas, para evitar el sacrificio de animales en los caminos.
Año 1898. Se crea el Colegio Oficial de Médicos de Canarias. El doctor Agustín Pisaca Fernández (1857-1935 tiene una clínica en la calle de la Marina, Santa Cruz de Tenerife. Este ilustre médico vivió en Tacoronte durante épocas, en la Quinta Dorotea que hizo construir en la calle Amargura, hoy de Sebastián Machado. Dorotea se llamaba su madre. Dos de sus hijos casaron con sendas tacoronteras hijas de Antonio Fariña Rodríguez.